En Segunda B hay un total de 79 equipos
la presente temporada. Todos ellos deben seguir el reglamento existente a
día de hoy y deben tener todos los requisitos (fichas, papeleo, cupos…)
cerrados antes del inicio de la competición y durante la misma. En
ningún momento de la temporada un club podrá dejar de cumplir los
principios mínimos marcados por la Federación Española de Fútbol.
En este artículo hablaremos de esos
requisitos mínimos que se imponen desde Madrid, de cómo debe ser una
plantilla en Segunda B. Hablaremos de fichas, de filiales y de ejemplos
de confección de plantillas. Hablaremos de papeleo y del trabajo de
despacho.
Diferentes tipos de fichas
En Segunda B, categoría que ha día de hoy no es profesional en virtud a lo expuesto por la RFEF en su reglamento,
existen dos tipos de fichas para los jugadores que compiten en Segunda
B. Encontramos dos tipos de fichas: “P” y “A”. Las fichas P corresponden
a los jugadores profesionales, que serán para aquellos jugadores que
figuren ante Federación y organismos laborales como trabajadores. Éstos
cuentan con contrato que debe estar debidamente cerrado y
cumplimentado.
Las fichas A son para jugadores
aficionados o amateurs, que son mayoría en Segunda B. En este caso, los
tipos de contrato son muy variados y en cada entidad se puede usar un
modelo diferente.
Un escalón más abajo encontramos las fichas “J” para juveniles y las fichas “C” para cadetes.
Máximo de 22 jugadores
Una plantilla de Segunda B estará
formada por un número máximo de veintidós jugadores, tres menos que en
Primera y Segunda División. Además, en Segunda B no podrán alinearse
jugadores que sean extracomunitarios (jugadores no europeos).
Sin embargo, la configuración de edades
de esos 22 jugadores no es libre: como máximo estará compuesta la
plantilla por dieciséis jugadores mayores de 23 años (en la presente
temporada, los SUB-23 son los jugadores nacidos en el año 1991 y
posteriores). No es obligatorio llegar a los dieciséis jugadores mayores
de veintitrés años.
Además, todos los equipos deben contar
con, al menos, seis fichas “P” (profesionales) durante toda la
temporada. Este número puede ser mayor, pero nunca menor.
Los filiales, un caso aparte
Los filiales, por su diferente
naturaleza, cuentan con una estructura diferente, pero que debe cumplir
siempre los principios arriba explicados. Siempre tendrán un máximo de
22 jugadores en plantilla, nunca excederán los 16 jugadores mayores de
dieciséis años y cumplirán con el apartado relativo a fichas
profesionales.
Como equipos de formación, la mayoría de
sus fichas corresponden a jugadores SUB-23, e incluso, a jugadores en
edad juvenil. Pero un filial puede tener también jugadores mayores de 23
años, siempre que cumpla la normativa.
Eso sí, aquellos jugadores mayores de
veintitrés años que debuten con la primera plantilla del club, no podrán
volver a jugar con el filial. Algo que no es así con los jugadores
SUB-23, que si podrán alternar ambos equipos.
Esquema estándar de plantilla (en base a un sistema 1-4-2-3-1)
Siguiendo el esquema 1-4-2-3-1, el más
utilizado actualmente en Segunda B y en todas las categorías de ámbito
nacional, las plantillas se confeccionarían siguiendo este principio:
Porteros: 2
Defensas: 8
– Dos laterales diestros, cuatro centrales, dos laterales zurdos.
Centrocampistas: 8
– Cuatro mediocentros, dos extremos derechos, dos extremos zurdos.
Delanteros: 4
– Dos mediapuntas y dos delanteros.
Dentro de este aspecto se valora posteriormente la polivalencia de alguno de los jugadores de la plantilla.
Dependiendo de las necesidades del club, de las del entrenador o del esquema de juego a seguir, este modelo variará.
Hay que tener en cuenta que muchos
clubes de Segunda B, en especial en estos últimos años de crisis, han
reducido el número de jugadores de sus plantillas, sin llegar en muchas
ocasiones al tope de 22.
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