Plan Milito
Hay clubes de fútbol de primerísima línea que cuentan con un departamento de scouting que maneja una base de datos 18 mil jugadores. El primer filtrado para un mercado de pases, para un determinado puesto, comienza con 1.500 jugadores de las ligas que el club sigue. Una vez que están determinadas las caracteristicas del futbolista, se concentran en 500 nombres. Y para el momento de la decisión final, el número de esapoblación se estaciona en los 30 jugadores. Sobre esos 30 llegará la mirada de la dirección deportiva, el ojo experto de los seguidores de ligas y las posibilidades económicas para la compra.
Departamentos de datos, secretarías técnicas y pares de ojos puestos en una gran cantidad de ligas. El modo de trabajo que hasta hace algunos años se ubicaba exclusivamente en Europa, pero que gana más terreno en los lugares donde el fútbol sabe que con lo puesto, con lo de siempre, ya no se va muy lejos. Comprender ese futuro que comenzó a construirse requiere de la buena lectura de los vientos del fútbol de esta época. Del fútbol como realmente es. Menos humo, más bocho.
Diego Milito conversa naturalmente en ese idioma del mercado de pases, el scouting moderno y los datos. Ese proceso de filtrado, a menor escala, ya lo hizo cuando estuvo al mando de la Secretaría Técnica, hace ya seis años. Impuso un modelo de manejo del fútbol que luego el propio club no supo como continuar.
Milito debió ampliar el sumario de temas vinculados a la gestión cuando decidió ir por la presidencia de Racing Club. Ex futbolista, ex director deportivo y en caso de que lo elijan, presidente de Racing. Ni bien decidió el salto, se desencadenó el tiro al pichón. La cacería continúa cuando faltan apenas horas para que el socio de Racing vaya a votar.
37.500 socios están en condiciones de elegir a las nuevas autoridades. Del otro lado hay una dirigencia que lleva diez años al frente del club. En ese proceso Racing ganó seis títulos y cambió su localización en el imaginario popular del fútbol: de club ligado al sufrimiento eterno, a uno nuevo que se emparenta con las copas levantadas y la felicidad esquiva que promete el fútbol.
En el camino, la explosión de la Copa Sudamericana. El poder terapéutico que tiene un título en el fútbol es imbatible.Pero a pocos días de la elección, de lo que se habla es de la agenda presentada por Milito. Por convicción o por obligación, unos y otros abrazaron la problemática de la innovación. Lo que incluye una necesidad imperiosa de renovar el “Cilindro”, con un campo de juego que no resiste una vista aérea.
En el año de un campeonato internacional ganado por primera vez desde 1988, Racing Club decidirá quiénes serán los encargados de gestionar su dirección hacia el futuro.
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