Crisis en el fútbol de Uruguay
MONTEVIDEO,
Uruguay - El fútbol uruguayo atraviesa una de las peores crisis de los
últimos tiempos con la renuncia de sus autoridades, problemas de
seguridad y una sanción internacional a dos meses de su participación en
la Copa del Mundo de Brasil, donde es cabeza de serie.
La
situación llevó incluso a que el vicepresidente uruguayo Danilo Astori
cuestionara públicamente la "pérdida de soberanía" del balompié local.
El
fútbol, que en Uruguay es la mayor pasión popular, "debe gobernarse a sí
mismo sin injerencias de tipo político partidarias ni económicas",
afirmó y recriminó la influencia de la empresa Tenfield, que tiene los
derechos de televisión del fútbol uruguayo.
El
Consejo Ejecutivo de la AUF encabezado por Sebastián Bauzá renunció en
pleno el pasado lunes argumentando "falta de apoyo" para impulsar lo que
calificó de "transformaciones impostergables" en el fútbol uruguayo
relacionados con temas económicos y de seguridad, entre otros.
La
Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que preside el uruguayo
Eugenio Figueredo, ahondó la crisis al retirar en la víspera a la
Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) sus derechos de participar y votar
en los congresos del organismo, y el de proponer candidatos a la
directiva y a los órganos disciplinarios pero "sin perjuicios en el
ámbito deportivo".
La AUF
designó una comisión de cuatro abogados para que, una vez que se reciban
los fundamentos de la decisión, "seguramente se apele la sanción",
señalaron a Efe fuentes de la asociación.
La
noticia de la decisión de la Conmebol llegó en medio de una Asamblea de
Clubes de la AUF citada con carácter de "grave y urgente" para designar a
las nuevas autoridades tras la renuncia de Bauzá.
La
asamblea, que duró varias horas, tuvo un clima tenso y hasta un conato
de incidente entre directivos del Peñarol y el Nacional, los dos clubes
más populares del fútbol uruguayo.
A esto hay que sumarle que varios miembros de Conmebol estan interesados en hacerse de valiosos contratos de imagen y Deportivos, en un acto puro de corrupcion.
Pablo Sciutti